¿Quiénes somos?
Somos Critical Switch, una colectiva transhackfeminista no mixta con intereses alrededor del cacharreo con los ordenadores y, sobre todo, de la seguridad y privacidad digital.
Somos anticapitalistas, transfeministas, nos gusta la filosofía DIY (hazlo tu misme) y DIWO (hazlo con otres), la cultura hacker, el software libre, y no creemos en el capitalismo verde.
Nuestras bases
• DIY & DIWO
DIY (Do It Yourself) es un movimiento cultural anticapitalista y anticonsumista que se consolidó con el movimiento punk de los años 70. La filosofía DIY puede considerarse una forma de vida que rechaza participar en el sistema capitalista donde el mercado y la competitividad son los engranajes de la sociedad.
DIY se aplica en nuestras vidas cuando cocinamos, confeccionamos nuestra ropa, reparamos el sistema eléctrico o resolvemos problemas sin necesitar de un doctorado. En el core del movimiento se encuentran los fanzines: pequeñas publicaciones caseras y distribuidas, usualmente de mano en mano, para expresarse y compartir lejos de las imposiciones y discursos hegemónicos.
DIWO (Do It With Others) es una extensión del movimiento DIY. Pretende incidir en la cooperación para generar conocimiento, potenciar las creaciones colectivas y experiencias que dan autonomía. Por eso, transgredir la obsolescencia programada ¿podemos? Sí, con el software libre. Este es otro core de nuestro DIWO.
La autogestión, horizontalidad, conocimiento libre y consciente son formas de resistencia de las que hablan estos movimientos y que nosotras los tomamos.
• TRANSFEMINISMO
Queremos aportar a la destrucción del sistema cis-hetero-patriarcal blanco capacitista a través de un discurso feminista diverso, en contraposición al feminismo liberal que acecha desde las instituciones. Creemos en feminismos iterseccionales. Hablamos de ‘feminismos’ porque apoyamos una lucha múltiple: no compartimos la misma opresión. Nuestras vidas están marcadas por la intersección de opresiones: raza, clase, género, orientación sexual y capacidades normativas.
Reconocemos la sororidad y la constante deconstrucción como pilares fundamentales de nuestro movimiento. Buscamos crear «espacios seguros» desde los que entendemos nuestros privilegios y posición frente a les demás.
• CULTURA HACKER
Nos une la motivación de aprender, cacharrear y compartir conocimiento por un bien colectivo. La cultura hacker nos inspira, nos mueve y, por eso mismo, la hacemos nuestra también:
– Queremos aprender por el arte de aprender.
– Toda información debe ser libre, promovemos el uso diario de tecnologías libres y luchamos contra el copyright, las patentes y cualquier otro intento de restringir el conocimiento.
– El acceso a las computadoras debería ser ilimitado. Nos venden la ilusión de que los dispositivos que tenemos son nuestros y, sin embargo, se nos niega el control total de éstos. La realidad es que están a las órdenes de las empresas fabricantes (ejemplo iPhone) y son cajas negras que no se nos permite abrir.
– ¡Compartir es vivir! El conocimiento tiene la propiedad de multiplicarse y compartirlo solo lo hace más valioso y diverso. No todes tenemos acceso a la misma información y su distribución beneficia a la comunidad. Como dijo Aaron Swartz en su Manifiesto por la Guerrilla del Acceso Abierto, la información es poder y tenemos un deber de compartirlo con el mundo.
– Desconfía de la autoridad, promueve la descentralización. Desconfiamos de toda autoridad puesto que esta ejerce poder sobre nosotres y se mueve por intereses tiranos. En el cibermundo esto se traduce al control que poseen las grandes empresas (Facebook, Google, Amazon, etc) sobre nuestros datos. Hemos integrado progresivamente sus productos en nuestra vida diaria casi sin darnos cuenta, y sin darnos cuenta, nos espían. Nos manipulan, nos mantienen en su burbuja consumista y tecno-fascista, y en nuestras manos está crear resistencia ante estos gigantes.
– Protege la privacidad. Aunque tenemos claro que no nos gustaría que nos espiasen en el mundo físico, cuando se habla del ciberespacio no lo vemos con la misma claridad. Sin privacidad, Internet es una herramienta de control para empresas y gobiernos. Nuestros datos dejan de ser nuestros cuando los subimos a plataformas que se lucran de ellos (Instagram, Facebook, Google, etc). Luchamos por proteger nuestra privacidad porque nuestros datos nos pertenecen.
– Combate la cibertiranía. Hace ya tiempo que vivimos en un Gran Hermano al estilo 1984, solo que se ha rebautizado como Big Data. El conjunto de la humanidad conectada a Internet genera datos constantemente a una velocidad inimaginable que son recopilados por gobiernos y empresas. Podemos afirmar con certeza (véase el caso Cambridge Analytica) que esta información se usa para manipularnos, diseñar marketing personalizado o para criminalizarnos. La centralización de Internet y sus datos facilita esta tarea, por lo que abogamos por su descentralización. Animamos a cualquier cibernauta a utilizar servicios basados en modelos descentralizados como P2P.
• ANTICAPITALISMO
Entendemos la politización anticapitalista de la tecnología no solo como un uso alternativo que se contraponga al utilitarismo y beneficio capitalistas, sino también poner en evidencia que la tecnología nos viene politizada de facto, esto es: desarrollada en base a los intereses de la clase dominante. Es por ello que no tiene sentido hablar de politizarla, sino más bien de repolitizarla. Vivimos en la era del tecnoliberalismo, en el cual solo tienen cabida aquellos usos que se adaptan a la lógica del mercado exportada desde Silicon Valley. Los «tecnoprofetas» de nuestro tiempo obtienen validación a través de vender un discurso en el cual endosan grandilocuentemente a sus creaciones, nada más ni nada menos, milagrosos beneficios para el conjunto de la humanidad. Sabemos en realidad lo siguiente: que los únicos beneficiarios son ellos y sus acólitos. Se trata de esparcir un discurso aparentemente innovador que se deposita en la gran pila del solucionismo tecnológico siervo del sistema capitalista. El capitalismo no solo se circunscribe a sus formas más explícitas como el trabajo asalariado o el consumismo, sino que también ha conseguido penetrar en todas las esferas de la vida. Hoy en día se pretende además hacer de nuestros gustos, aficiones y gestos diarios la materia prima que sirva de carburante para la nueva maquinaria del Big Data. Por algo estos «innovadores» definen los datos como «el oro del siglo XXI». La vileza de estas corporaciones no solo se manifiesta en el mundo abstracto de los datos. Desde las huelgas de Amazon pasando por las nuevas compañías aparentemente rompedoras como Glovo, hasta la última fábrica donde se ensamblan nuestros dispositivos, en todos estos escenarios reina la esclavitud. Nosotres no queremos seguir los pasos de tecnomisioneros ni de vendedores de biblias técnicas. Queremos hacer un uso y estudio de la tecnología para el bien común desde la crítica anticapitalista, que no reduzca nuestras vidas al mantenimiento de una maquinaria alienante; lejos de ello, queremos desensamblar y modificar cada engranaje.
• ECOLOGISMO
– CAPITALISMO VERDE: Las grandes empresas nos venden un capitalismo «verde» que no tiene nada que ver con ecologismo. Nos venden un modelo de negocio supuestamente concienciado con el medio ambiente. Pero no reflexionan que un verdadero ecologismo sería dejar de producir masivamente tantos productos que no son verdaderamente necesarios. Es contraproducente que vendan ese capitalismo verde pero luego sirvan a las grandes petroleras, empresas de extracción de materiales en minas, y continuen obteniendo masivamente materiales para producir sus productos.
– CRECIMIENTO SIN LÍMITES: El ecologismo está en contra del crecimiento sin límites, el productivismo y la automatización de las tareas. Producir cada vez más y más desagasta el planeta a una velocidad atroz. El ecologismo defiende un modelo de vida donde, en todo caso, se producen cosas que sean necesarias para nuestro desarrollo en conjunción con la naturaleza.
– CONSCIENCIA TECNOLÓGICA: Creemos en un (des)uso tecnológico que rechaze el culto al acrítico a la tecnología sin tener en cuenta los límites biofísicos del planeta del cual adquiere tanto los materiales como la energía. El ecologismo no deja de lado el tema de la tecnología, detrás de cada aparato tecnológico hay un gran destroze medioambiental. Y aunque vivimos en una sociedad ya completamente tecnológica, el ecologismo apoya la obtención de aparatos que usen materiales poco contaminantes o alternativos a las grandes industrias siguiendo una calificación medianamente «fiable» (five stars)